¿A quién no le gusta el chocolate?hay muy pocas personas a las que no les gusta el chocolate, su sabor, su olor y la delicia de sentirlo derritiéndose en el paladar es simplemente ¡PLACER!.
Si además, la palabra chocolate va unida a la palabra mousse, ya me quedo sin palabras. Esta mousse que hago es bastante sencilla, y nos puede sacar de un apuro cuando no tenemos postre y vienen invitados, o simplemente para nuestra familia. Mi hija se los come de dos en dos por ese motivo la preparo en un momento, con la práctica todo se realiza más rápido.
He de decir que esta receta no es mía, es una receta que descubrí en el libro "SALVADA POR LOS PASTELES" de Marian Keyes, es más cada día estoy más convencida de que ese libro ha sido el libro de mi salvación.
Ingredientes:
- 200 g. de chocolate negro
- 4 huevos
- 50 g. de azúcar
- 200 ml. de nata
Elaboración:
Comenzamos fundiendo el chocolate al baño maría.
Esperamos un rato hasta que el chocolate se enfríe. Luego separamos las claras de huevo de las yemas.
Agregamos las yemas al chocolate de una en una, mezclando muy bien antes de añadir la siguiente. Una vez incorporadas las cuatro yemas reservamos. Si notamos que el chocolate esta bastante duro y no podemos batirlo podemos añadir una cucharada de agua pero sin pasarnos, es normal que al enfriarse el chocolate se endurezca.
Aparte en un bol batimos las claras y cuando comiencen a subir les añadimos el azúcar, continuamos batiendo hasta obtener un merengue perfecto, que demos la vuelta al bol y las claras no se vuelquen.
Reservamos el merengue.En un bol grande nos disponemos a batir la nata, yo se que esto parece algo pesado por lo que recomiendo adjudicarnos unas varillas eléctricas para preparar esta receta.
Cuando tengamos la nata bien mezclada agregamos el chocolate de tres veces, es decir, añadimos una tercera parte, mezclamos bien y luego continuamos batiendo.
Cuando hayamos incorporado todo el chocolate dejamos a parte las varillas y cogemos una espátula de silicona y comenzamos incorporando el merengue de poco a poco y sin batir. Debemos mezclar con movimientos envolventes, muy suaves para que el aire no se nos escape y el mousse quede esponjoso.
Ahora llega el gran momento, el momento de repartir el mousse en pequeños recipiente, pueden ser pequeños vasos o copas.
Conservamos el mousse en la nevera durante unas horas antes de comer, pero date prisa que si los golosos de la casa lo encuentran no tendrás tiempo a probarla.
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