Hacía mucho, mucho tiempo que mi hijo quería que hiciera esta tarta, el caso es que con tantas recetas pendientes, me había demorado y fue cuando ordenando la despensa me di cuenta que hacía mucho que había comprado la cuajada y o me daba prisa en gastarla o se me caducaría, uff! a quien no le ocurre eso. Así que me dije - ¡de esta semana no pasa! Y aquí está mi preciosa tarta de tres chocolates.
La receta me la dio una prima mía que me dijo que seguro me gustaría porque a sus hijos les encanta y la verdad es que no se equivocó porque en mi casa ha sido todo un éxito, no puedo decir porque me demoré tanto en probar esta receta pues es muy sencilla y agradecida, tal vez el único inconveniente es la espera mientras cada capa solidifica pero estoy convencida de que la espera merecerá la pena.
Ingredientes:
- 150 g. de galletas maría
- 50 g. de mantequilla
- 750 ml. de leche
- 600 ml. de nata
- 150 g. de chocolate negro
- 150 g. de chocolate con leche
- 150 g. de chocolate blanco
- 3 sobres de cuajada
Elaboración:
Comenzamos triturando las galletas, lo podemos hacer con una picadora o colocando las galletas dentro de una bolsa y aplastando con un rodillo como os expliqué en la receta de la Cheesecake New York.
Derretimos la mantequilla y la mezclamos con las galletas, luego colocamos la mezcla en un molde desmoldable de unos 23 cm. aproximadamente. Aplastamos muy bien las galletas para que se fijen al molde y quede muy lisa, este método lo puedes ver el la receta de la tarta de queso o tarta de turrón.Guardamos el molde en la nevera un mínimo de 1 hora, lo es ideal de un día para otro.
En un cazo colocamos el chocolate negro junto con 200 ml. de nata a fuego lento para que el chocolate se derrita.
En un recipiente aparte colocamos 250 ml. de leche un sobre de cuajada, disolvemos bien la cuajada.
Cuando el chocolate y la nata comience a hervir retiramos del fuego y añadimos los 250 m. de leche junto a la cuajada, removemos muy bien y llevamos otra vez al fuego hasta que vuelva a hervir, luego retiramos y vertemos sobre la base de galletas. Guardamos en la nevera durante un mínimo de una hora.
Pasado el tiempo nuestra primera capa de chocolate estará solidificada y podremos preparar la segundo capa, la de chocolate con leche.
El procedimiento es el mismo que para las tres capas, se mezcla el chocolate con 200 ml. de nata y se deja hervir, en un vaso aparte se mezcla un sobre de cuajada con 250 ml. de leche y cuando hierva el chocolate con la nata se retira del fuego, se mezcla la cuajada y se vuelve a poner a hervir.
Antes de colocar la segunda capa sobre el chocolate negro se raspa con un tenedor sobre la superficie para que la siguiente capa se adhiera mejor.
Dejamos enfriar otra hora en la nevera.
Con el chocolate blanco repetimos la misma operación que con el chocolate con leche y una vez bien frío ya podrás degustar esta exquisitez.
Si lo deseas la puedes decorar con chips de chocolate de los que se usan para preparar Cookies.
Todo un clásico del que seguro no te dejaron ni las migas, jeje!
ResponderEliminarBesinessss guapa
Cuanta razón Bea, esta tarta fue un triunfo.
EliminarBesos!
Una delicia para golosos!
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias Norma. Besos!
EliminarYo esta tarta la he probado...
ResponderEliminarY está buenísima!
Pero me ha encantado tu truco de raspar la capa anterior para que no se mueva!
Y también la decoración
Es que me encantan los lunares!!
Un besito muy grande
Muchas gracias Cecilia, ya sabes es una buena tarta para superar los nervios previos de los exámenes. Besos!
EliminarEn casa nos gusta muchísimo!!!!!! y aunque parece laboriosa no lo es en absoluto, es un poco rollo el ir limpiando la cazuela para hacer la siguiente mezcla, pero así se va enfriando la capa anterior :) Me ha encantado!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias Laura, tienes razón es muy sencilla pero hay que esperar que se enfríen las capas. Besos!
EliminarEsto en mi casa es PROHIBIDO!!! Sabes por que??? Por que la única vez que llegó a casa esta tarta nos la comimos toda hasta no dejar nada. Esta deliciosa, me encanta. Un abrazo.
ResponderEliminarLa verdad es que no es un postre para todos los días pero si que un capricho de vez en cuando siempre viene bien. Besos!
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